viernes, 8 de mayo de 2015

Un piso de intercambio - parte 2

Capítulo 2   "No me lo creo"
Veia en mi mano una especie de piedra negra con pequeños triangulos grises, rápidamente supuse que se trataba del objeto misterioso, de repente escuché un, "déjame ver eso", y una mano cogió la piedra, y de nuevo un cambio de perspectiva, ya me estaba acostumbrando a eso, volteé mi cabeza y ví a Miguel, el cual cuando me devolvió la mirada se desmayó, no había que ser muy listo para saber que había pasado, seguramente Miguel y Laura mientras caminaban por la casa encontrarían la piedra y verían lo peculiar que era, y no pudieron resistir la tentación de cogerla, al instante me di cuenta de que estaba en el cuerpo de Laura, que no tenía un cuerpo tan despanpanante como el de Ana, pero se sabe defender bien. Yo quería volver al baño, así que me dirigí hacia allí cuando por el camino me encontré a mi en el suelo hacíendome, una paja, eso resolvió mi duda sobre que pasó con Ana.
Instintivamente me lancé encima de mi cuerpo, y empecé a chuparle la polla, no sabía porqué, pero se sentía bien, él dijo, "Pára Laura!, soy Ana" pero no podía parar, mi cuerpo se movía por su cuenta y después de eso, empecé a besarlo, nos estabamos liando, era una sensación extraña pero satisfactoria al mismo tiempo, rápidamente Ana me bajó los pantalones y las bragas y me empezó a comer el coño, su lengua se movía de arriba a abajo, de dentro a fuera, luego Ana me cogió y me metió mi pene por el coño, al principio dolió, pero después ya todo fué un gran placer, me encantaba, arriba y abajo, estaba pensando en ese momento que como sudaba tanto me tocaría ducharme después, lo que desencadenaría otra lujuriosa situación y eso me calentaba más, además para mi sorpresa, de repente ví salir del baño el cuerpo desnudo y mojado de Ana, lo que me calentó más todavía. Al final nos corrimos los dos mientras nos miraba el cuerpo de Ana, me sentí pleno en ese momento, y notaba como toda mi esencia se encontraba dentro del cuerpo de Laura, tan caliente y placentera.
Los dos estabamos tumbados en el suelo, medio desnudos mirándonos el uno al otro, esa experiencia nos había echo olvidar por un segundo la extraña situación en la que nos encontrabamos. Me empezó a rondar por la cabeza un dilema moral, yo quería que ese estado perdurara más tiempo, ya que desencadenaría más situaciones así, tenía que pensar en la forma de deshacerme de la piedra sin tocarla o si la tocaba que me dejara en una situación parecida, esto me hizo recordar que el cuerpo desnudo de Ana acababa de salir del baño,y pensé que era una buena oportunidad para probar un experimento. Me quité los pantalones y salí corriendo hacia donde estaba ella, la empujé hacia la ducha y la empezé a manosear y a sobar por todas partes, ella no se resistió, así que también nos empezamos a liar. De repente para mi desilusión una mano me cogió del hombro y me apartó del cuerpo de Ana.


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